jueves, 16 de febrero de 2012

Alimentación durante el tratamiento de cáncer en los niños

La alimentación es uno de las necesidades más básicas del ser humano: forma y repara tejidos, aporta energía y regula el buen funcionamiento del organismo… Ayer fue el día internacional del niño con cáncer y, por eso, quisiera tratar hoy la alimentación durante el periodo de tratamiento de esta enfermedad que es muy dura tanto para los niños afectados como para sus familias.

 Tras el tratamiento de enfermedades como el cáncer y otras que necesitan de atención hospitalaria, la alimentación juega un papel fundamental en la recuperación. Ana Belén Bautista, psicóloga de la Asociación de Familias de Niños con Cáncer (AFANION), nos advierte de la importancia de abordar los problemas alimentarios de los niños con cáncer, para disminuir la ansiedad de los padres y aportarles mayor seguridad, ya que comer bien siempre es importante, pero en el niño enfermo lo es aún más.

 La quimioterapia es uno de los tratamientos más habituales y efectivos para combatir el cáncer, pero este tratamiento destruye las células que crecen rápidamente, pudiendo dañar también a otras sanas, que también se multiplican rápidamente como las del pelo, la boca, el estómago, intestino, etc. En consecuencia, el tratamiento puede provocar unos efectos secundarios, que afectan a la alimentación como la falta de apetito, náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. Es importante que los padres sepan actuar ante estos problemas que afectan a la dieta de su hijo.

 Las recomendaciones dietéticas para los niños en tratamiento de cáncer son iguales a las de la población sana, aunque están orientadas a recuperar la fuerza, la energía y las defensas del cuerpo, o subsanar efectos adversos del tratamiento. Los consejos nutricionales habituales incluyen comer mucha fruta, verduras y cereales, con una moderada ingestión de carne y productos grasos y derivados de la leche. Sin embargo, para los niños que están en tratamiento, las recomendaciones se centran en ayudarle a comer alimentos ricos en calorías y proteínas, como tomar más leche, queso y huevos, así como usar más aceite virgen de oliva, mantequilla y margarina.

Los niños enfermos de cáncer y su familia tienen que combatir no sólo la enfermedad, sino también contra los efectos que su tratamiento acarrea. Estos pequeños y sus padres tienen que luchar tanto con factores físicos como psicológicos o emocionales: ansiedad, depresión, miedo o cambios de rutinas, que influirán negativamente en su alimentación. Por ello, os aconsejo la consulta de la guía publicada por afanión “Buen provecho”, con ella, podéis afinar más en las necesidades de vuestro hijo. En ella, se recogen más concretamente los consejos dietéticos específicos para: la diarrea o estreñimiento, inflamación y llagas en la boca, alteraciones en la percepción del sabor de los alimentos o falta de apetito, entre otros ¡es muy útil y sencilla!

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