jueves, 22 de marzo de 2012

Siete consejos para que los niños estudien

Durante el curso escolar, retomamos nuestros desvelos para conseguir que nuestros hijos vayan contentos al colegio y aprendan lo más posible. Ya está avanzado el curso y ahora podemos valorar más claramente cómo van nuestros hijos y cómo podemos ayudarles en sus quehaceres colegiales. Podemos tener en cuenta algunos consejos para poner en práctica en casa.

-Nadie se estimula solo. Si queremos que nuestros hijos tengan interés por aprender y dedicar tiempo al estudio, debemos dedicarles algo de tiempo; hacer de los ratos de tarea en casa momentos de disfrute conjunto y, por supuesto, complementar las explicaciones del profesor (que tiene muchos más alumnos que nosotros en casa) serán una ayuda estupenda para que no se sientan superados por la exigencia del aprendizaje. Nuestras palabras siempre serán más cercanas que las del profesor; también sabremos interpretar mejor sus gestos o movimientos para detectar su frustración si no entienden algo, y poder incidir con paciencia en aquello que “no les entra”. 

-Crear un hábito es indispensable. Los momentos de estudio deben ser compartidos entre los miembros de la casa en la medida de lo posible y, en cualquier caso, debe hacer momentos de silencio y tranquilidad, en los que ellos puedan centrarse en sus cosas del cole (da igual si es realizar problemas de matemáticas o colorear dibujos de plástica). Repetir estos momentos a las mismas horas les ayudará a coger un ritmo de trabajo necesario para aprender.

-Escucharles. Nada de lo que dicen nuestros hijos son tonterías; incluso lo que no entendemos tiene sentido para ellos y está basado en cosas reales. Preguntarles por la clase, por la profesora, por sus amigos, por su tarea, les ayuda a exteriorizar sus pensamientos y sentimientos, incluso a materializarlos si no los han madurado.

-Ser un ejemplo para ellos. Tener nuestros ratos de lectura o estudio, nuestros momentos de tranquilidad es bueno para ellos, ya que no podemos exigirles lo que nosotros mismos no estamos dispuestos a hacer. 

-Sorprenderles de vez en cuando: llevarles a un museo, ponerles un documental interesante en la tele, enseñarles algo que nunca hayan visto en clase. Hacerles ver que hay más cosas que las que estudian con sus profesores, estimular su atención con momentos divertidos y formativos a la vez, es uno de los mejores legados para su vida de alumnos. Se puede aprender en cualquier sitio, en cualquier momento, de cualquier persona; pero hay que tener la mente dispuesta, la curiosidad “desenvainada”, el corazón abierto.

-También hay que escuchar a los profesores. Nuestros hijos pasan una buena parte del día con ellos, y su comportamiento en clase podría llegar a sorprendernos; allí viven situaciones distintas que en casa, con personas distintas; pueden ser más tranquilos o más revoltosos que en casa, más sumisos o más desobedientes. La visión del profesor es importante, y el estímulo conjunto en clase y en casa será la mejor estrategia para que nuestros pequeños aprendan mucho y bien, y lo hagan con alegría. 

-Felicitar a nuestros hijos por sus buenas notas es algo importante; pero no sobornarles con regalos, también. Debemos guardar un equilibrio entre nuestra demostración de alegría y hacerles ver que esperamos de ellos que aprendan y aprovechen su tiempo. Y, ante alguna mala nota, nada de broncas agrias; animarles con paciencia, consultar con los profesores, buscar estímulos, y no hacerles sentirse fracasados jamás.

Patro Gabaldón

1 comentario:

  1. Me ha encantado Patro... muchas gracias. Muchas veces, perdemos el "norte" y sobre todo la paciencia cuando están cansados de tantas horas del cole y como bien dices "no les entra".
    Un beso
    Ruth

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